Imagino que el espectador ha disfrutado con la etapa de hoy. Ha sido de ésas que te hacen quedarte pegado al sofá hasta que salen los títulos de crédito. Ha ido una jornada de gran batalla, en la que ha vuelto a quedar claro que las fuerzas están muy parejas. Esa igualdad parece sumir a todos los equipos en un manojo de nervios. Lo de la salida de hoy ha sido increíble. Cómo si fuéramos juveniles, muchos corredores andaban calentando Iseran para arriba, Iseran para abajo. Eso es algo no muy frecuente en una carrera profesional.
La salida, sin embargo ha sido relativamente tranquila, hasta que se ha ido Arrieta y, luego Popovych. Después ha saltado Chavanel, y me he unido a él, pensando que los cuatro podíamos hacer camino, pero no nos han dejado. Las escapadas están muy caras en el Tour. Y no digamos las victorias. Rabobank ha puesto ritmo de pasodoble en el Iseran y en el Telegraphe he visto ya incómodos a Vinokourov y Moreau. De lo que ha pasado en Galibier, he sido testigo hasta que han comenzado a salir los gallos. Gárate hoy, no ha tenido un buen día, pero se rehará. Mayo es un número uno y Astarloza ha sabido moverse para estar arriba. Zubeldia sigue ahí. Ver esos nombres ahí delante tras el adiós a los Alpes es algo a destacar. Es el fruto del trabajo de mucha gente en las categorías inferiores de nuestro pelotón ésas en las que todo se hace desde la pasión y el anonimato. En este Tour estamos 17 corredores vasconavarros cundo todo Italia no tiene mas que 18 representantes. Un dato que, sin duda debe ser motivo de orgullo.
Antes de que lleguen los Pirineos hay varias etapas propicias para la fuga. Nuestro equipo, Lampre-Fondital, no ha tenido mucha fortuna con las escapadas, pero hay que seguir en la pelea.