18/07/2007

EL calor hizo estragos ayer. Menos mal que no era una etapa de alta montaña, porque si no... Algunos ya estaban echándose agua por la cabeza en el kilómetro 30... Yo logré no refrescarme ninguna vez, ya que es un hábito que no recomiendo: la sensación de frescor cuando el agua resbala por tus mejillas es tan agradable como efímera. Al momento, deseas refrescarte de nuevo en el inicio de un círculo vicioso.

Entre trago y trago de agua, me acordaba de lo mal que lo tuvo que pasar Steven de Jongh. El belga es uno de los corredores que peor tolera el calor. En una Lieja-Bastoña-Lieja, en una fría mañana de primavera y mientras yo llevaba más ropa que un esquimal, él salió en culote, maillot y guantes cortos.

La victoria de Vasseur supuso el enésimo día de celebración para el Quick Step. Juanma Garate me dijo en la salida que han descorchado el champán tras los triunfos de Steegmans y Boonen, además de por otros cuatro cumpleaños... Casi van a sorbito espumoso diario.

Pero mi imagen del día es para Sophie, una niña de cuatro años que conocí en la salida. Se acercó con su padre, con su pulserita de persona acreditada y su gorrito rosa. Su padre me pidió que me sacara una foto con ella, pero la pequeña frunció el ceño, puso morritos, y se negó en un arrebato de timidez infantil.

Le propuse montarse en mi bicicleta, y accedió risueña. La cogí en brazos, y ella, tan pequeña ella, desató su lengua: "¿Por qué corres con esa camiseta?" Porque es la de mi equipo, le digo, al tiempo que pasa Moreau con su uniforme tricolor. ¿Por qué no corres con ése, que es más bonito?" Porque no me deja mi jefe. "¿Y hasta qué hora vais a jugar con las bicis?" Hasta la tarde. "Y no se enfadan tus padres por jugar hasta tan tarde?". No, porque vivo con mi mujer, pero ella está muy lejos. "En dónde está?". En España. "¡Eso no puede ser! ¡Vaya marido y mujer!". Sonrío, la bajo al suelo, ella echa andar y se vuelve: "Yo no voy a querer un novio que juegue tanto con las bicis". La pequeña Sophie me dejó sin palabras. Tienen mérito nuestras familias: nos han oído tantas penas...