LA VIDA ES DEL COLOR POR EL QUE SE LA MIRA
12/04/2008

En días como el de ayer, tengo mucho más presente que todo en la vida depende del color del cristal con el que se mire. Camino del hotel, fui lamentando mi suerte y el tiempo que cedí en la meta por tener que echar pie a tierra en el repecho de Aia. No iba mal colocado, pero me enganché con David de la Fuente y no me quedó más remedio que pararme y perder un tiempo precioso en un punto en el que los aficionados disfrutaron y animaron de lo lindo. No creo que quedaría un solo corredor que no recibiera un empujón desde el público.

Ese tipo de rampas, tan cortas y tan duras, no me van en absoluto, pero me encontré muy a gusto durante toda la etapa, y me dio rabia quedarme con la duda de dónde podría haber concluido la etapa.

Mientras repetía en mi cabeza el momento del enganchón, vi llegar a mi compañero Bruseghin, con el casco y la bicicleta destrozadas. Se cayó mientras se ponía el chubasquero, y terminó con el ojo morado y, seguramente, alguna costilla rota. No se podía ni mover, pero es un animal y prefiere regresar hoy a Italia antes de sacarse placas.

A partir de ahí, cambió mi pensamiento, y me alegré por no haber sufrido ningún percance. Por lo que sea, la vuelta de casa nunca se me ha llegado a dar bien, por lo que será mejor pensar en las carreras que vienen, y no en las que ya no tienen vuelta de hoja.

El día fue muy complicado y estresante, porque la lluvia y el barrillo que despedía la rueda del corredor que iba delante te dificultaba la visión. Quizá el punto más conflictivo fue la primera de las dos bajadas del alto de Txanka, ya que el chaparrón en ese momento fue intenso. Además, las ruedas, sobre todo las de carbono, apenas frenaban hasta que la llanta no se limpiaba al rozar las zapatas del freno.

Como acostumbro el último día de una vuelta, trataré de mojarme por un corredor. Para mí, Alberto Contador es el favorito número uno, primero porque está fuerte y, segundo, porque el recorrido le va como anillo al dedo. Pero también veo opciones para Herrero y Astarloza. Espero que David no acuse demasiado su caída -me dicen que fue muy dura- y Mikel, que nadie lo olvide, es un buen especialista, así que puede meterse en el podio.

 
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